Declarado
parque nacional el 27 de mayo de 1975 con una extensión de 15.500
ha, se amplió a 62.700 ha en 1990. Se caracteriza por su relieve
accidentado de valles estrechos y encajonados. La vegetación dominante
corresponde a bosques húmedos premontanos y de sabana. La fauna
está representada por los baquiros, el venado caramerudo, los jaguares
y los monos, además de la presencia del guácharo.
Originalmente,
la cueva fue nombrada Monumento Natural en 1949, con el nombre de Alejandro
de Humboldt. En 1975 se decidió crear el parque nacional en
un área más extensa con el fin de garantizar la continuidad
natural de los procesos geológicos y biológicos que se cumplen
en la cueva. Está ubicado en el Macizo de Caripe, formado
por rocas calizas que han sufrido una acción disolvente por causa
de aguas subterráneas, originando una serie de paisajes característicos
de cavernas, colinas y otras formas muy típicas de este tipo de
formación. Como fuente de agua es importante, de aquí nacen
ríos como Cariaco, Guarapiche, Caripe y la quebrada de Cerro
Negro. Las partes más altas son el Cerro Negro con 2 430 m. y el
Cerro de la Cueva con 1680 m. La vegetación es variada y abundante.
En la parte baja predomina el bosque húmedo premontano. Las
especies más comunes son el laurel, bucare y matapalo. Hacia el
sector occidental el bosque muy húmedo presenta árboles
inmensos, así como diversas trepadoras, orquídeas y helechos.
Muchas especies habitan el
parque, entre ellas el jaguar, el puma
y el cachicamo, diversas clases de monos, lapa, venado matacán,
zorro, tapir, etc. La avifauna la domina el guácharo, pero también
hay otra cantidad de vistosos pájaros como el paují
de copete, la guacharaca, la paloma morada, entre otras.